martes, 1 de septiembre de 2009


Aquella mañana se levantó siendo un domingo lluvioso de invierno. Odiaba que adoptase esa forma porque, en días como aquel, todo se volvía gris y denso a su alrededor. Sus ojos azules cambiaban y, como el cielo que aquel día había escogido, su mirada se llenaba de nubarrones negros que le daban una tonalidad grisácea. Estar cerca de ella en ese momento era como asomarse a la ventana en un día en el que se avecina tormenta. Todo parecía normal pero había un “nosequé” en el aire que hacía presentir que algo no andaba del todo bien.


-¿A dónde han ido?
*¿Quién?
-Las sonrisas que el espejo me devolvía cada mañana, las gotas de lluvia que me hacían cosquillas en la cara y en el corazón, el viento que jugaba con mi pelo todos los jueves impares de octubre… ¿A dónde han ido?¿Por qué el espejo me devuelve ahora una mirada derrotada y vacía, por qué las gotas de lluvia se me clavan en la piel como alfileres de cristal, por qué el viento en vez de abrazarme me empuja y me congela hasta las ganas de vivir?
*Yo…
-¿Esto es hacerse mayor? Perder el color, apagarse poco a poco, dejar que el dolor y la decepción te aten de pies y manos, que el brillo de una sonrisa te obligue a apartar la mirada porque tus ojos hayan olvidado cómo era la luz de una ilusión…Dime, ¿esto es lo que pasa cuando creces? Porque si es esto, se han equivocado con el nombre. Yo cada vez me siento más pequeña. ¿Qué me está pasando…? Ayúdame. Tengo Miedo. Miedo a no poder volver a volar con las golondrinas del parque cada vez que el viento sopla, a dejar de rescatar los sueños que los desalmados abandonan en los charcos los días de tormenta, a dejar de pintar túneles y pasadizos secretos debajo de la cama cuando me cierran todas las puertas y bloquean las ventanas…Sálvame, por favor. No quiero madurar, como ellos dicen que debo hacer, y caerme de esta rama desde la que veo infinitos horizontes cargados de posibilidades. No quiero ser como ellos. Grises, monocordes, anodinos, fabricados para vivir en serie.


Y por fin, las nubes colisionaron, el cielo se estremeció y Ella, como en cada ocasión en que se levantaba siendo un domingo lluvioso de invierno, corrió a mi regazo, en busca de consuelo, a depositar cada gota de lluvia que emanaba de sus ojos intentando desprenderse de todas esas historias de terror sobre su futuro con las que los adultos se empeñaban en atemorizarla antes de irse a dormir.

17 comentarios:

Lucía dijo...

Ella sobrevivirá y de seguro seguirá volando con las golondrinas del parque cada vez que el viento sopla!

Un beso con gotitas de agua, para ti y para ella!

mimi dijo...

Yo últimamente tambíen siento ese miedo [ parece que estamos sinconrizadas] porqué pronto vendrá bachille.. esa palabra que me da miedo pronunciar, y te dicen "elige un buen trabajo" y yo digo quiero escribir, quiero gritar mi opinion, publicar articulos y ellos me miran y em dicen "¿de esos vas a vivir? hazte profesora" y yo pienso eso que escribes tu, una vida gris, llena de sudores y vacía...

porque se empeñan en tirarnos los sueños al suelo?


Me ha encantaod tu reflexiones, como siempre, apareces poco pero cuando lo haces, deslumbras.

Besos :D

Mrs. Brightside dijo...

Seguro que él acaba riñiendo a los mayores por contarles historias tan feas. Esta entrada es *__*
Un beso enorme.

Agua dijo...

Magnifico texto! me ha enternecido tanto, me he sentido exactamente como ella tantas veces... crecer da miedo y cuando lo has hecho te das cuenta de que las peores pesadillas que habias podido imaginar se hacen realidad... aunq tmb tienes us cosas buenas claro.. un beso!

ele* dijo...

muy bonito. a veces, hacerse mayor implica todas estas cosas q dscribes, pero también seguir riéndo por que si, ver atardeceres, jugar a perderte en medio de la calle y encontarte en un mismo punto cualquier día del año...nose, hay un montón de "noseque" ahí fuera.

un beso

VeRoNiKa ♫ VeCa ♪ LiFe dijo...

Me facino tu post...
e sentido ese miefo y creo que aun lo siento de vez en cuando cuanod lo recuerdo.

Nunca dejes de escribir

saludos dle otro lado del charco

VeCa

Anaid Sobel dijo...

Sentir tanto miedo... tanto pánico...

Ella sólo quiere coger las olas del mar con las manos, colocar las estrellas con la punta de los dedos, bailar en medio de una barrera de fuego, volar con los brazos extendidos y luchar contra el Capitán Garfio en el pais de Nunca Jamás.
Y bailar toda la noche como cuando era niña, y gritar con el viento en contra...

Y Ella lo lograra, porque es fuerte, y se harà mayor siendo aún niña y sus lágrimas no serán lluvia si no cristal... precioso y brillante cristal, como su alma siempre infanitil.

Soraya dijo...

No sé, pero siento que también estoy creciendo y cómo duele, verdad?... Espero que nuestras sonrisas vuelvan luego, y que el miedo no nos impida de intentar!

Un beso y fuerte abrazo.

Ela dijo...

me gustan los dia de invierno... pero a veces me asusta dejarme vencer por el resto y cambiar el camino que he recorrido desde que deje der ser una niña...

un beso

Ichi dijo...

Precioso, sobrevivirá.

Besos x

OjosMiel. dijo...

¿Sabes? Yo lucho por hacerme mayor sin perder el brillo. Aunque no se si llegaré a conseguirlo.

Dara dijo...

Y a mí que me gustan los domingos lluviosos de invierno...


¡miau!

Anónimo dijo...

A veces la vida es así de puñetera y nos quiere hacer madurar a marchas forzadas. Aún así pese a todo, no quiero desprenderme de "mi niña" interior. Precioso el texto. Un beso.

HUMO dijo...

Bellísimo relato, me conmueve la parte donde dices que adónde se han ido las sonrisas del espejo? bello, tierno! cariños!

=) HUMO

Little Princess dijo...

muyy buen escrito.
Los días grises siempre están, solo hay que aprender a manejarlos y volar, crecer, mejorar, sonreir. VIVIR EN PLENITUD
me encantó. Saludos!

Ichi dijo...

Seguro que sobrevivirá, seguro.

Me ha encantado de nuevo :)

Besos x

Blueyes dijo...

Que pasada, te has lucido.

Porque cada vez me siento más pequeña o soy más pequeña... Que gran verdad.