Mi pequeña N., hoy estoy triste. Es uno de esos días en los que la vida te pesa especialmente y respirar se acaba conviertiendo en un trabajo agotador y sumamente doloroso. Todo está al revés cariño. Despertar a la vida es morir. Es abrir los ojos y comprobar, una vez más, que no estás. Que la pesadilla sigue incrustada en el reloj, al menos un día más. Tu ausencia ha desencadenado el horror en mi mundo. Mire donde mire sólo veo charcos repletos de esperanza desteñida. O tal vez sean mis ojos los que estén repletos. Ya no sé pequeña. Tu recuerdo se ha convertido en una película en blanco y negro. Muda. He olvidado el sonido de tu voz N. .Y me aterra pensar que dentro de no mucho puedas ser tan sólo un borrón indescifrable en mi memoria. Una fotografía velada por el olvido. Ojalá estuvieses aquí. Ojalá yo nunca hubiese llegado aquí.

Te quiere,

Ella