He decidido crear un universo a lo grande. O a escala (eso está por ver). Un lugar al que vayan a parar todas las horas que se escapan de los relojes cuando se detienen. Donde haya siempre tiempo para todo. Un lugar en el que los latidos sean la causa y no la consecuencia. Tal vez algún día pueda compartirlo con usted. O tal vez no. Pero no se ponga triste. Eso no es lo que importa. Lo que importa es que sé que está ahí, en alguna parte. Contemplando maravillas que puede que se escapen a mi imaginación. O tomándose un chocolate bien caliente mientras observa atónito el frenético devenir del universo. O puede que simplemente esté, y sea consciente de la gravedad de cada instante que dejamos pasar. La cuestión es que yo le esperaré allí el tiempo que haga falta. Si resulta que me busca y no me encuentra, no se preocupe. Probablemente yo también haya salido a buscarlo. Es probable que nos crucemos en el camino de vuelta a nuestros respectivos puntos de partida, cuando creamos que la oportunidad ya ha pasado. Por eso, le pido que mantenga siempre los ojos tan abiertos como yo. O mejor aún, el corazón de par en par, para que no haya confusiones. Y si alguna vez siente que la búsqueda pierde sentido, mire a su alrededor y piense en toda la magia que sus congéneres derriban a diario. Se dará cuenta de lo afortunado que es, porque será capaz de creer en un mundo en el que reina el escepticismo. Pero debo advertirle algo: Si algún día consigue llegar o me da la oportunidad de enseñárselo, debe estar preparado para cualquier cosa. Incluso para ser feliz.
martes, 23 de noviembre de 2010
He decidido crear un universo a lo grande. O a escala (eso está por ver). Un lugar al que vayan a parar todas las horas que se escapan de los relojes cuando se detienen. Donde haya siempre tiempo para todo. Un lugar en el que los latidos sean la causa y no la consecuencia. Tal vez algún día pueda compartirlo con usted. O tal vez no. Pero no se ponga triste. Eso no es lo que importa. Lo que importa es que sé que está ahí, en alguna parte. Contemplando maravillas que puede que se escapen a mi imaginación. O tomándose un chocolate bien caliente mientras observa atónito el frenético devenir del universo. O puede que simplemente esté, y sea consciente de la gravedad de cada instante que dejamos pasar. La cuestión es que yo le esperaré allí el tiempo que haga falta. Si resulta que me busca y no me encuentra, no se preocupe. Probablemente yo también haya salido a buscarlo. Es probable que nos crucemos en el camino de vuelta a nuestros respectivos puntos de partida, cuando creamos que la oportunidad ya ha pasado. Por eso, le pido que mantenga siempre los ojos tan abiertos como yo. O mejor aún, el corazón de par en par, para que no haya confusiones. Y si alguna vez siente que la búsqueda pierde sentido, mire a su alrededor y piense en toda la magia que sus congéneres derriban a diario. Se dará cuenta de lo afortunado que es, porque será capaz de creer en un mundo en el que reina el escepticismo. Pero debo advertirle algo: Si algún día consigue llegar o me da la oportunidad de enseñárselo, debe estar preparado para cualquier cosa. Incluso para ser feliz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Yo también quiero un pedacito de ese Paraíso infinito.
Sensacional, con todas las letras.
Quë Universo mäs bonito ¿no?
:)
yo estaria preparada para cualquier cosa..
"Design your universe"
Si no es un universo, al menos que sea un pequeño planeta, como el del Principito. Pero es necesario crearlo.
:)
Un universo a lo grande es mucho mejor, y si es así de bonito, más todavía. En uno de esos tal vez se este preparado para cualquier cosa.
besos :)
Me encata tu blog!!!!!
te sigo!
pasate:)
http://rsgyenni.blogspot.com/
Publicar un comentario