miércoles, 13 de agosto de 2008

Borrando letras, sílabas, palabras sin sentido...


Mi vida es silencio. Silencio y música. Pero ante todo silencio. No sé en qué momento se apoderó de todo. En qué momento le robó el lugar a la palabra. Le quitó el valor y la fuerza. No lo recuerdo. Quizás siempre estuvo ahí. El silencio es una droga que mata en vida. Que consume poco a poco por dentro. Basta con probarlo una vez. Te transporta a otra realidad si sabes escuchar, porque al silencio hay que saber escucharlo. Nunca está vacío. Nunca está callado. Comprendes que ya hay demasiadas palabras vacías. Demasiado sin sentido empastado con perfecta gramática. Y piensas “No. Sólo será esta vez.” Pero una vez que lo has probado ya no hay vuelta atrás. Recaes siempre. Cada vez necesitas más que el silencio te envuelva. Cada vez tienes menos que decir. Menos que contar, porque las cosas cada vez cuentan menos. Se apodera de tu vida y cuando te quieres dar cuenta eres esclavo de tus silencios. Callas y las palabras te ahogan. Se acumulan en tu garganta. Quieres hablar pero no puedes. De tu boca no sale ningún sonido porque las palabras, desesperadas, han utilizado tus cuerdas vocales como salvavidas y se aferran a ellas en un intento desquiciado por sobrevivir. Cada vez se acumulan más. Cada vez hay menos sitio. Cada vez te llega menos aire. Y van perdiendo fuerza. Su lucha pierde sentido y caen al vacío. Se inmolan antes de tocar fondo. Lloras. Y lo haces en silencio porque hasta de tus lágrimas se ha hecho dueño ¿En qué te has convertido? ¿Dónde quedó el valor y el coraje? ¿Dónde quedó la sinceridad?¿Dónde tu pasión por defender tus ideales? Y sientes como propia la muerte de cada palabra. Sientes que te mueres poco a poco. Que algo dentro de ti se apaga, al igual que el brillo de tus ojos. Pero te falta la chispa que lo haga volar todo por los aires. Te falta ese “no sé qué” que haga que el vaso se desborde y lo inunde todo. Y mientras lo encuentras y no sigues vagando, deambulando por la vida en silencio y sin dejar constancia del universo que fluye desde tu cabeza hasta tu corazón. Crees que nadie lo entenderá y prefieres protegerlo vendiéndole tu alma al silencio para que construya una muralla invisible e infranqueable a su alrededor. Y cada noche miras al cielo, esperando que ahí esté la respuesta a tu plegaria. Y no ves que la respuesta está en ti, junto a la pregunta, grabada a fuego en tu piel, que lanza tu corazón y se escapa por cada poro en un intento desesperado por llamar tu atención. No quieres verlo porque te has acostumbrado al silencio y te horroriza la idea de continuar sin él.

“Lo que te cura siempre acaba destrozándote. Como el amor, el bisturí, la escritura, y una interminable lista de cosas.” [By Miss Satriani]

2 comentarios:

OjosMiel. dijo...

Buaa que honor.
Eso te lo puse yo en un comentario del fotolog.
Un honor ser nombrada señorita:)

R. dijo...

"Puede que la unica respuesta sea dejar de preguntarse por qué"